«Prestar oído a la gente, ya que es del lenguaje corriente de donde toda poesía, cuando es verdadera, se alimenta»

Isabel Escudero nace en Quintana de la Serena (Badajoz, 1944). Reside en Madrid, donde ejerce como profesora de la UNED. Desde muy niña escribía versos y los recitaba en público.

Su interés por las aplicaciones didácticas de la poesía popular y los ritmos tradicionales dio como fruto sus libros Razón Común=Razón poética (1994) y Cancionero didáctico: Cántame y Cuéntame (1998)

Fue codirectora de la revista “Archipiélago”. Intervino en numerosos foros, de los que dan testimonio los ensayos publicados, junto a Agustín García Calvo, Contra el hombre (1996 ) y ¿Quién dice no?: en torno a la anarquía (1999).

Experta amante del cine, colaboró como crítica en las revistas especializadas “Cinema 2002” y “Banda Aparte”. Sus críticas cinematográficas están recogidas en el volumen Digo yo: ensayos y cavilaciones (1996)

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POEMARIOS

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Coser y cantar (1984), colección de versos y coplas donde utiliza las cadencias rítmicas y métricas de la tradición popular para que de nuevo suene y viva la poesía.

“Que este aprendizaje a la voz anónima y los aciertos que el
amor del azar le haya brindado a Doña Isabel Escudero en
la imitación y continuación por escrito de las formas orales
pueda traer algo de rotura y riqueza a la literatura de los
cultos es algo que no podemos sino desear
fervientemente..”
Agustín García Calvo. Prólogo de “Coser y Cantar” 1984

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El azafrán que llevas
en la carita
uno te lo pone
y otro te lo quita
y loquita, loquita estás
por ese poquito
que uno no te da.


¡Qué música tan fina,
en el pentagrama eléctrico,
las golondrinas!


El árbol me llama.
¿Qué querrá de mí?
Si no tiene hojas,
si no tiene flores,
si no tiene frutos,
¿qué querrá de mí?
El árbol me llama.
¿Qué dice su rama?
¿Qué querrá de mí?

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Cifra y aroma (2002). «Escudero vuelve a retomar la voz desmandada y paradójicamente fiel a la huella rítmica inmemorial y anónima de las artes temporales de la poesía sin poeta con la que el pueblo canta la queja y razón del corazón común; voz verdadera desveladora de la falsía de la Realidad, palabra viva no del todo sometida a la Literatura.»

“Hay momentos donde el lenguaje es, a la vez, flecha
y herida. Flecha capaz de romper el velo- la ilusión-,
de la realidad: herida que nos toca el corazón porque
acierta a mostrar lo que no se ve a simple vista, pero
que alguna vez, como en un sueño perdido, hemos
vislumbrado”
Víctor Erice . Epílogo a “Cifra y Aroma” 2001

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Lo que no se vive,
se escribe.


Amor,
ni semilla, ni fruto
en flor.


Ahora que no te quiero
de lo mucho que te quería
¡cuánto me acuerdo!

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Fiat umbra (2008), una nueva muestra de poemas breves, de inspiración y métrica popular y en gran parte de carácter metafísico. Su título, que significa en latín «hágase la sombra», es un homenaje a «El gran Cero» , poema de Abel Martín (heterónimo de Antonio Machado), y da la vuelta a las palabras con las que Dios crea la luz en el Génesis (Fiat lux).

«A medio camino entre el haiku y la sentencia popular o la métrica breve castellana, estos «farolillos» expanden su luz en mi penumbra. Brevemente, a modo de estampas para la imaginación o para la inteligencia, permitiendo ese sesgo de la mente que tanto abreva. Sirvan de ejemplo para lo dicho. Beber un sorbo y levantar la cabeza. Como el pájaro». Chantal Maillard, El País, 2008

«Una magnífica muestra de poesía popular. Su lectura en voz alta nos salva y nos desintoxica de tanta poesía seca e inane, culta y pretenciosa»
Luis García Jambrina

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Morir por las ideas!:
eso le pasa
a cualquiera.


Monigote de mi infancia:
al pintarle los ojos,
¡ya tiene alma!


Adiós, mundo,
que ya me muero:
ahí te quedas
conmigo dentro.

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Gorrión, migajas… (2008), una antología de coplas, haikus y recuerdos de niñez que incluye también una traducción inédita de Catulo, obra de Agustín García Calvo.

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Gorrión, migajas,
apenas si da
para una mirada.


Pájaro salobre.
Ni canta
ni sé su nombre.


Ven a jugar, ¡ea!,
el gorrión
no tiene escuela.

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Nunca se sabe (2010). «¿Qué es lo que hacen esas coplas, versos, proverbios, acertijos o canciones que se me escapan a rachas al menor tropiezo? Por un lado, claro, imitan al pueblo (que, al no ser nadie, es el solo dueño de la lengua viva) en los juegos de sabias polimetrías, asonancias y otros trucos que de la poesía anónima nos han quedado. Por otro lado, como muchas de las cosas llamadas populares no son tan limpias y del común como debían, estos versos, y otros de registros y hechuras más líricas y literarias, se dedican a tomar algunos hallazgos o desengaños claros que he oído o leído de los pocos sabios…, o bien a dar cuenta de sentimientos y ocurrencias que no sé de dónde me vienen y convertirlos por juego de ritmo y razón en cosas que suenan al aire del cantar o el verso. Y, en cualquier caso, poco pueden parecerse a lo que hoy día se produce y vende como poesía, ¡qué se le va a hacer!» Isabel Escudero

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Ropita tendía:
adiós me dicen las mangas
de las camisas.


Palabrita tú, palabrita yo:
ahora que no nos oyen,
tanto mejor.


No eras tú el que llamaba
ni era yo la que te abrí,
pero sonó la aldaba:
eso sí.

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Isabel Escudero fallece en Madrid el 7 de marzo de 2017. En 2018, Pre-textos publica Tinta robada, en edición de Virginia López Graña.

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