Hablamos con Simón Ferrero, actor, escritor y productor teatral. Una de las voces más sólidas del panorama artístico de nuestra región. Detrás de su mundo teatral se esconde el poeta, y también un crítico analista de nuestra realidad cultural.

Fotografía de Vero Pintiado

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—Cuéntanos cómo empezó tu carrera como actor. La primera vez que te subiste al escenario, tu formación y, finalmente, tu debut como profesional.

—Comencé por 1997 en grupos de teatro aficionados y haciendo performances donde mezclaba mis poemas, canciones, mimo… en el 2000 entré en la Escuela de Teatro y Danza de Extremadura y tuve la suerte de comenzar profesionalmente a trabajar desde ese mismo año con varias compañías. Mi debut profesional fue en lo que era la Sala Aftasí con Autómatas, de P. Luís Cortés y en el Teatro Romano con La paz, de Juan Margallo.

—En 2011 te estrenas como dramaturgo con Piel de pollo. ¿Qué aprendiste de esa primera experiencia?

—Fue un gran ejercicio de perspectiva y análisis en el que aprendes que lo que escribes también evoluciona cuando se pone en boca de los intérpretes y pasa por el filtro de la dirección del espectáculo. Escribir teatro es parte de un engranaje en el que no sólo el autor es primordial, es un ejercicio colectivo que te ayuda a gestionar tus propios egos y a confiar en los demás.

—Luego vendrían cuatro obras más, y la última, «@alone, cuando la red te atrapa», para tu compañía. ¿Ha cambiado mucho tu proceso creativo desde entonces? ¿Cuánto supone de escritura sobre el papel y cuánto de reescritura sobre las tablas?

—Cuando se trata de un encargo es diferente a cuando lo escribes para ti. Ni mejor ni peor, a veces te sorprende. Escribir «@alone, cuando la red te atrapa» era un proyecto muy personal que fue cambiando estructuralmente a través de las conversaciones con la directora del espectáculo Isabel Martín.
Sobre las tablas siempre hay modificaciones y reescritura, porque el teatro leído, al igual que la novela, hace volar la imaginación del lector, pero para la puesta en escena todo cambia, se adapta para que el espectador pueda recibir la esencia del texto a través de la visión de la dirección y la interpretación del actor, escenografía, música, iluminación…

Cartel para la obra @lone, cuando la red te atrapa, con fotografía de Wilhem Briceño

—Como dramaturgo, ¿en qué género te sientes más a gusto: en la comedia o en el drama?

—Me encantaría poder escribir un gran drama, pero la comedia ácida acaba saliendo. Al principio detestaba cómo esto se filtraba siempre en mis textos, hasta que los compañeros que me leían me dijeron que quizá eso formaba parte de mi estilo. Quizá no se trata de forzar géneros, sino de escribir lo que te sale. Siempre habrá tiempo para el drama…

—Has escrito guiones para televisión ¿En qué se diferencia el planteamiento y desarrollo del texto al realizado cuando escribes teatro?

—Escribir para televisión en mi opinión no tiene nada que ver, el “timming” prima, los giros están muy predefinidos, y mides al segundo los diálogos. El lenguaje audiovisual, normalmente, es mucho más cerrado y concreto. Mientras menos cosas claras, más tiempo perdido de rodaje y eso cuesta dinero.
Normalmente en las series hay equipos de guionistas que no dejan ningún cabo por atar.

—Además del teatro y la televisión, escribes poesía. Has publicado recientemente Hormigas de Gaztambide. Háblanos de este poemario.

Hormigas de Gaztambide, es un proyecto muy íntimo que recoge escritos de mi época en Madrid y la evolución de estos últimos quince años en el oficio actoral.
También me ha hecho conectar con otras experiencias maravillosas como la selección de dos poemas por el cantautor Jorge Navarro de los que ha hecho dos “temazos” increíbles.

—Al enfrentarnos a la lectura de la primera parte de este libro, vemos una suerte de Poeta en Nueva York convertido en “Actor en Madrid”, con una tremenda carga crítica a la sociedad capitalista y urbanita, y una gran dosis de pesimismo. Entendemos que estabas en la capital cuando estalló la crisis de 2009 y escribías esto ¿Tan feo estaba el panorama?

—Me desahogaba en el metro y por las calles de Madrid caminando solo y con una libreta, estaba tremendamente ilusionado, pero era muy joven, recién llegado y la observación me llevaba a la reflexión. No era tan dramático, pero entender que las cosas no son como sueñas o te esperas a priori siempre tiene una carga de pesimismo. A mi me fue bastante bien en esa época, pero ante el comentario social impuesto de «No te quejes que estás trabajando» había una necesidad de expresarme íntimamente y el papel me la posibilitó.

—El prólogo del libro es de Pepe Viyuela, lo que deja claro desde el principio que es el libro de un cómico (entendiendo “cómico” en la definición de profesional del teatro, no como intérprete de comedias), de alguien que está acostumbrado a mirar al mundo con distintos ojos… y que, sin embargo, tiene que cerrar los párpados ante ciertas cosas. ¿Fue la escritura de este libro algo terapéutico?

—Absolutamente sí. Todo lo que escribo es terapéutico porque me ayuda a sacar los monstruos de dentro y así dejo espacio para vivir y para encontrar nuevos monstruos para lo próximo que escriba.
Pepe es un ser maravilloso. Compartimos escena durante aquella época y posteriores y le pedí el prólogo, accedió rápidamente y me hizo tremendamente feliz.

—En 2012 montas tu propia compañía teatral y audiovisual, El Avispero, donde afrontas gran cantidad de proyectos teatrales y culturales. ¿Qué nuevas producciones nos traeréis cuando llegue esa “nueva normalidad” que nos anuncian?

—Son tiempos extraños en los que todo aquello que quieres crear pasa por el filtro de si lo vas a poder amortizar económicamente. Nuestras producciones tienen dos vertientes. La infantil, donde intentamos crear espectáculos de buena calidad y potente estética visual y la social, donde queremos hacer productos contemporáneos que interesen a gente a la que el teatro le parece arcaico… es difícil acercar a este público al teatro, hace falta más presencia de lo contemporáneo en la educación de los jóvenes.
Como decía Jacques Copeau sobre el teatro: «Hay que rehacerlo todo.»

—Y en la escritura, ¿qué andas preparando ahora?

—Este confinamiento ha sido a veces frustrante para los creadores. Muchos pensábamos que íbamos a salir con tres libros, cuatro montajes, dos discos… pero es cierto que la inspiración tiene sus plazos y estoy preparando un nuevo poemario y una obra teatral bastante experimental que nos gustaría estrenar para el 2021, si todo va bien. Con que esto llegue a buen puerto, me conformo.

—Con respecto a Badajoz, ¿qué te parece su oferta cultural, su evolución a lo largo de los años? ¿Echas algo en falta?

—Por supuesto que ha evolucionado. Esta propuesta vuestra es una muestra de ello. Esta pregunta siempre es delicada dependiendo de quién la conteste. Creo que hay mucha oferta, creo que se van haciendo poco a poco más cosas, pero creo que todas las partes debemos esforzarnos en que haya mucha más demanda, más ciudadanos asistiendo a conciertos, teatros, librerías… que todos nosotros consumamos cultura en Badajoz. Es muy fácil quejarme de que no me vienen a ver al teatro si yo no voy a ver a nadie porque ya tengo el mes solucionado con NETFLIX.

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Simón Ferrero es actor, productor y autor teatral. Ha escrito varios géneros principalmente teatral, con inclusiones en guiones televisivos y documentales de ficción, su primer libro publicado es el poemario Hormigas de Gaztambide (Ende editorial, 2019). Ha escrito y se han estrenado las siguientes obras: @lone, cuando la red te atrapa (para la compañía El avispero producciones, 2018), El soldadito de plomo (adaptación teatral para El Avispero producciones, 2017), El pacto (para la compañía El Desván Producciones, 2013), Que en Valencia se casaron, la de Alcántara, señor (encargo para la boda regia de Valencia de Alcántara, 2013) y Piel de pollo (para la compañía Teatrópodo, 2011). Como guionista escribió diez capítulos de Técula-Mécula para Canal Extremadura Televisión (2014-2015) y el guion del documental Guadalupe, una visita inolvidable para Izmo Producciones (2013).
En 2012 fundó la compañía teatral y audiovisual El Avispero producciones, en la que realiza sus proyectos culturales compaginándolo con su trabajo como actor en cine, teatro y televisión.

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Web de Simón Ferrero

Web de El Avispero producciones